Don Felipe fue un vecino del barrio de los de toda la vida. 

 

Trabajó en una cantera de mármol de la que se llevaba pedazos inservibles para sus vecinas/os., ya que según nos han contado, el barrio de San Antón fue levantado por el propio vecindario. Casi todo el mundo construía su casa con la ayuda de las vecinas, al igual que Don Felipe, quien vivía en la parte más alta del barrio. 

 

Al situarse en una cima tan elevada necesitó la colaboración en cadena de diferentes casas, las cuales van desde la parte baja de la Calle San Lázaro hasta la parte alta de la Calle Belén, creando así un recorrido por las fachadas que contenían el mármol de Don Felipe. 

 

Esta ruta es un claro ejemplo de la esencia de San Antón,de la creatividad y la autogestión ya mencionadas. Las relaciones vecinales, el apoyo mutuo y la capacidad de supervivencia y de adaptación son rasgos inequívocos del barrio que aún hoy se manifiestan. Es por esto que consideramos fundamental regenerar las dinámicas relacionales barriales para reactivar la vida comunitaria que siempre le ha caracterizado.